Las niñas y niños obligados a abandonar sus hogares solos o acompañados, viven en una situación de extrema vulnerabilidad y se convierte en blanco perfecto para la actuación de mafias que los utilizan como esclavos laborales o sexuales, tráfico de órganos o son reclutados para actividades militares como niños soldados, a lo que se añade el matrimonio precoz a edades de 12 años en las niñas.
A ello hay que añadir todos los factores que pueden afectar seriamente su salud mental: abusos, violencias o torturas, muerte de familiares y amigos, haber presenciado la muerte, tortura o desaparición de un familiar, la pérdida dolorosa de su país, su lengua, cultura y propiedades y el temor constante por su seguridad y la de los suyos así como carencia afectivas tremendas al estar sus padres preocupados por cubrir las necesidades básicas de sus hijas e hijos.
De igual manera, se unen sentimientos de desarraigo y estigmatización, sobre todo en las y los adolescentes. Las niñas y niños van acumulando estas pérdidas, en muchos casos de forma rápida y en poco tiempo, lo que les dificulta poder procesar y asimilar tantas experiencias y emociones vividas.
A esto hay que añadir las lesiones físicas que puedan haber sufrido durante el conflicto, si es armado algunas muy graves como tetraplejias y paraplejias. Por otro lado los padres y otros familiares que han estado expuestos a situaciones traumáticas, suelen estar muy estresados y pueden tender a manifestar conductas de maltrato tal y como son el abuso y la negligencia hacia sus hijos.
Los trastornos mentales más frecuentes son la depresión, psicosis aguda, trastornos emocionales asociados con la preocupación y el miedo, enuresis, trastornos del sueño, retraso en su desarrollo, señales de profundo sufrimiento psicológico y emocional, frustración, impotencia, sentimientos de pérdida de dignidad. Son las niñas y niños quienes soportan una excesiva carga de ansiedad.
En ONG Rescate trabajamos en mantener la salud mental de menores víctimas de conflictos armados en contextos como RD Congo o los campos de refugiados sirios en Líbano. Ayudamos a mantener el bienestar psicológico y emocional de niños y niñas mediante programas que les apoyan a recuperar su fuerza emocional, su dignidad, a recuperarse de los traumas vividos comprendiendo lo que les ha pasado, se les ayuda a vivir en un entorno estable mediante el apoyo a sus familias y sobre todo mediante el acceso a la educación y a una vida en la que puedan recuperar su confianza en el futuro, dándoles la oportunidad de recuperarse de sus experiencias vividas.