Por ello, pasadas unas semanas desde la reapertura de la oficina y las clases de español presenciales, nuestra compañera de enseñanza de la lengua española Mere, decidió llevar a un grupo de usuarios y usuarias, alumnos de español, a realizar actividades en el madrileño parque de La Quinta de los Molinos. El aprendizaje del idioma es condición de posibilidad de todos los demás objetivos que nos planteamos con las personas refugiadas: desde la intervención psicológica al acompañamiento jurídico, la búsqueda de empleo o la actuación social. Nada de esto es posible si las personas no son capaces de comprender y expresarse en la nueva lengua. 

Además, realizar actividades fuera del aula facilita el aprendizaje en un entorno real (nuestras clases de español son orales y enfocadas a objetivos muy prácticos para posibilitar que la comunicación se produzca en el menor tiempo posible), estimula y refuerza los lazos entre las personas, y son un elemento fuertemente motivador.

La actividad que Mere planteó en esta ocasión consistía en reconocer vocabulario a través de imágenes que los alumnos debían capturar fotográficamente. Se les daba el nombre en español del objeto, persona o animal, y tenían que buscarlo por todo el parque y hacer una foto. 

Después se pusieron en práctica varios juegos para expresarse en español utilizando como estímulo las imágenes capturadas. El objetivo era lingüístico, pero también se reforzaron los lazos afectivos, cada participante conoció mejor su entorno más cercano y se trató de impulsar su autoestima a través de una actividad en grupo con fuertes elementos afectivos.

A la actividad no solo acudieron las personas usuarias de la organización, sino que también se sumaron varias personas del voluntariado que forman parte de nuestro equipo y a quienes aprovechamos esta entrada para agradecer su predisposición y su participación en todas las áreas y los departamentos que conforman ONG Rescate. El voluntariado no solo facilita la construcción de redes y entornos de confianza con las personas usuarias, sino que también estimula la conversación en español y las sesiones entre ellos complementan las clases de una manera muy eficaz. 

Una vez finalizada la jornada, pudimos comprobar, nuevamente, que este tipo de acciones permiten aunar objetivos didácticos y fomentar la relación entre las personas y el entorno de una manera efectiva.