Las personas LGBTI
(Lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales) pueden encontrarse con episodios de discriminación en sus países de origen y muchas de ellas se enfrentan a la persecución y la violencia. Por todo esto, buscan protección en un lugar seguro. Sin embargo, también se enfrentan al abuso en los países de acogida.
Más de 70 países criminaliza a las personas LGTBI y en 6 de ellos, se contempla para ellas la pena de muerte.
Contra este colectivo, se producen una serie de actos de persecución específicos:
• Detención arbitraria por el mero hecho de ser identificada como una persona LGTBI+ o con relación con el colectivo.
• Actos violentos, muchas veces con "intencionalidad correctiva": violencia física, psicológica y sexual, terapia de electroshock o farmacológica forzosa, ingresos médico-psiquiátricos forzados o cirugía genital forzada.
• Experimentación médica y científica no consensuada.
• Discriminación sistemática y rechazo en el ámbito familiar, laboral y comunitario.
Además, las personas LGTBI pueden ser blanco de cualquier forma de persecución cometida en nombre del honor de la familia, y de las normas y valores sociales como asesinatos, homicidios, agresiones sexuales, físicas, psicológicas, torturas y/o amenazas. Es por ello que, en ONG Rescate trabajamos con las personas refugiadas LGTBI, donde disponemos de plazas de acogida especializadas y con un equipo de profesionales interdisciplinares que les apoyan y acompañan para que puedan recuperarse emocionalmente y sentirse plenamente libres en España.