Se cumplen 10 años de guerra en Siria. Un conflicto interminable que deja un país roto con medio millón de vidas perdidas y miles de personas refugiadas y desplazadas. Desde ONG Rescate Internacional, siempre hemos estado cerca de la población civil para paliar el dolor que deja la devastación del conflicto.
En 2015 comenzamos con la distribución de agua y alimentos en el campo de refugiados palestinos de Yarmouk, en Damasco, en un momento en el que el asedio al campo desencadenó una grave crisis humanitaria. Además, ofrecimos atención psicológica y de prevención de violencia de género en los campos de Yalda y Babbila.
Ese mismo año, en la ciudad costera de Latakkia, abrimos un espacio seguro para la población local y desplazada, donde se imparten formaciones profesionales y clases de refuerzo escolar para niñas y niños.
En 2016 los escombros tras los bombardeos dejaban un paisaje desolador y cubrían la mayoría del territorio sirio. Fue entonces cuando comenzó nuestra labor de rehabilitación de viviendas, mercados e infraestructuras, que todavía hoy continuamos y que ha llegado a zonas como Masaken, Hannano, Alepo o Deir Ezzor.
De esos esfuerzos por reconstruir no solo casas, sino vidas; nació la Fábrica de la Esperanza. Esta iniciativa convierte los escombros en ladrillos para facilitar la vuelta al hogar de personas damnificadas por el conflicto y crear empleos para los habitantes. Además, cuenta con el respaldo de la campaña ALEPOH que, a través de la venta de ladrillos solidarios fabricados en España (Made in Spain for Alepo), busca recabar apoyos entre las empresas del sector de la construcción española que quieran solidarizarse con la población civil siria.
Yaman Asuads es uno de los trabajadores. A este joven de 23 años, la guerra le arrebató la vida de su padre, el amor de su vida y su sueño de terminar sus estudios universitarios. Pero trata de seguir adelante. “La rabia y la tristeza la descargo en el trabajo. Con estos ladrillos construyo Siria mientras me desahogo de todo lo que llevo dentro”, confiesa el Yaman en un claro ejemplo de resiliencia y superación.
Pero, no sólo acompañamos a las personas afectadas por el conflicto que permanecen en Siria, sino también a aquellas que alcanzaron el exilio para escapar del horror que impregna el país mediterráneo en esta última década.
Líbano es el país que más refugiados sirios alberga. Sin embargo, las trabas administrativas dificultan el acceso a derechos básicos como la sanidad o educación. Para combatir estas desigualdades, ONG Rescate apoya desde el año 2015 una escuela en que atiende a 180 menores en el Valle de la Bekaa, zona poblada por población refugiada siria. Allí mismo hemos ofrecido atención humanitaria, así como provisión de agua y el refuerzo de la producción de alimentos para el autoconsumo y venta de excedente. Una labor que hemos replicado también los campos de Al Farah.
En las localidades de Ammán y Mafraq, en Jordania, gestionamos dos espacios seguros para atender a menores y personas con discapacidad. Además, en la actualidad estamos volcados en promover el acceso al agua a través de una solución innovadora que funciona con energía solar, y a la eficiencia energética en el municipio de Al Sarhan, frontera con Siria, por lo que ha recibido una importante cantidad de refugiados, provocando así que el ayuntamiento no sea capaz de brindar servicios a todos los habitantes de un municipio que vio duplicada su población.
Desde ONG Rescate condenamos esta década de horror y destrucción, pero seguiremos aunando fuerzas para estar siempre cerca de la gente y cerrar esta herida aún abierta.
GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS EN ESTE CAMINO EN DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS